Estaba ya de camino a la puerta de salida para buscar un taxi.
Marilyn estaba ya desapareciendo, ella solo surge cuando hay focos y admiradores, porque ella es una estrella, y la estrellas no toman taxis, sino limusinas con chofer, champán y alfombra roja.
Marilyn estaba ya desapareciendo, ella solo surge cuando hay focos y admiradores, porque ella es una estrella, y la estrellas no toman taxis, sino limusinas con chofer, champán y alfombra roja.
Finalmente ya estaba más cerca de la puerta de salida para reencontrarme con mi querida ciudad de NYC. Cuando se habla de la gran manzana la gente siempre piensa en los rascacielos, pero para mi no son los edificios si no el olor tan peculiar que tiene la ciudad. Es un olor que la describe muy bien, es una mezcla de perrito caliente con mostaza y un toque de channel numero 5.
Lo que hace interesante a la ciudad son las mezclas que en cualquier otro sitio serian inimaginables pero que aquí son de lo más natural: el caos ordenado, la prisa pausada, la locura sana. Es como ir a 2000 por hora en un coche cuyo limite son 50.
Hoy no vendrá nadie a recibirme, le dije a mi agente que no viniera a buscarme y que tampoco me mandara una Limusina. Le conocía lo suficientemente bien para saber que me traería la agenda de todo lo que había preparado y recordarme una vez mas lo enamorado que estaba de mi y me soltaría eso de “I love you”. A mi siempre me sorprende la capacidad que tienen los americanos de decir “I Love you”. Te dicen te quiero como el que dice “hola buenos días” o “adiós hasta luego”. “I love you”, es una palabra que surge como si nada y se utiliza indistintamente para unos pantalones, un desayuno o buen filete con patatas. Yo nunca se que responder ante tal frase. “de nada”, “gracias”, que se supone que le digas a alguien que apenas conoces y te dice “I love you”. Mis conocidos lo utilizan como despedida “I love you”, ya sea con la teleoperadora, la vecina del 4 que han visto dos veces en su vida o al perro del portero, “I love you, I love you…” Es interesante las veces que se utiliza pero las pocas veces que realmente se siente.
Desde que le dije a mi agente que había pensado volver al mundo de la actuación después de haberme tomado unos años sabáticos se puso a trabajar de inmediato y ya tenía un casting en Los Angeles en dos días, y es que como buen judío de Nueva York no se le escapaba una. Lo que yo no le había comentado es que lo que yo estaba intentando es pasar pagina de una relación fallida que me estaba costando olvidar.
Me suena el móvil, un mensaje de texto, es mi amigo Gary. “ Bienvenida Bitch, cena esta noche, Maurice como de costumbre aun no ha confirmado, no podremos ir a recogerte pero te hemos mandado un regalo al aeropuerto… disfrútalo”. Un regalo, eso viniendo de ellos puede ser cualquier cosa. Un estriper, algún amante que haya tenido y que seguramente nunca quiero volver a ver, o unas Drag Queen taxistas.
De Gary y Maurice todo posible, sobre todo de Maurice , que tiene la gran habilidad de meterse en líos amorosos y cuya idea del romance es “en tu casa o en la mía”. Aun no he olvidado la escena del cumpleaños, su novio y el carnicero.
Maurice tenia un novio que le daba buena vida pero mal sexo, así que se busco un amante que trabajaba de carnicero en un supermercado. Habían desarrollado un código para encontrarse sin que nadie se enterara. Maurice iba un par veces a la semana a la carnicería y compraba 250 gramos de pavo, y eso le daba la clave al carnicero que entendía a las 230 en casa. Su plan había ido de maravilla hasta el día del cumpleaños sorpresa que el novio le organizó.
El novio, cuyo nombre mas vale no mencionar, decidió preparar una comida e invitar a todos los amigos, yo incluido. Pensó “que mejor sitio para comprar la carne que en la carniceria de la que Maurice tanto habla” Maurice siempre repetía “es la mejor carne que jamás he probado”.
Así que el hombre se fue a la carnicería y para asegurarse que obtenía la calidad que le daban a Maurice al pedir especifico claramente “Me manda Maurice, y quiere que le mandes la mejor carne que tengas”. El incauto novio no sabía que lo que estaba haciendo era organizar un encuentro entre su novio y el amante de éste.
Siguiendo órdenes del novio nos presentamos todos los amigos en la casa a la hora de comer. Fue una gran sorpresa para Maurice pero no tanto como la que apareció cuando nos disponíamos a comer. El carnicero que tenia llaves de la casa se presento llevando solo el delantal blanco de su trabajo. Nadie podía quitar los ojos de esos bíceps esculpidos a base de hachazos, y esas piernas de futbolista, y sobre a lo que el delantal dejaba entrever. Entendí porque Maurice estaba tan relajado últimamente. El carnicero se paralizó, los invitados babeaban y el novio estaba en shock. “que hacía el carnicero ahí?”, Maurice no sabía si ese era su regalo o un castigo. Antes de que nadie tuviera tiempo a reaccionar, le comente a todos que esa era una entrega especial para mi y me lo lleve a mi casa... y según me iba escuche decir al novio “pero si el es vegetariano”…..bueno a partir de ese día decidir probar la carne….
Pobre Maurice, eso le pasa por buscarse un amante....
ResponderEliminarPimiento
Que afrentao' ese vegetariano...
ResponderEliminary yo que siempre compro la carne envasada en el mercadona...que desastre!!
ResponderEliminarSponge Bob.
Es un olor que la describe muy bien, es una mezcla de perrito caliente con mostaza y un toque de channel numero 5.
ResponderEliminarNo jodas, a lo que huele es a mierda...